Bienvenidos y bienvenidas a las posibilidades supremas.
Ésta es mi bitácora irresponsable.

martes, 29 de octubre de 2013

Un texto que hallé en la red y resume el sentimiento en cocina

Pique, pique, pique, ligero, entre menos tiempo pase con la cebolla, menos llanto, como con las personas. Métale otro palo y retire los que están más rojos o se derrite la papa del sancocho. Un día va a alcanzar el fogón sin ese tarro y esta cocina va a ser suya. Ese día yo estaré ya bajo tierra. Por eso tiene que hacer caso, poner cuidado a lo que se le diga, sin hacer pucheros. Oiga y calle. Cuando uno sabe cocinar encuentra lugar en cualquier parte. No hable y menos cuando tenga hambre. Si la gente hablara después de comer, la mano e’ muertos que nos hubiéramos ahorrado. No sienta pena por ser del campo, cuántas minifaldudas con zapatillas no andan por ahí sin probar bocado. Usted sabe algo que nadie le va quitar. No es que le diga que no tenga aspiraciones; yo quiero que usted salga de esta cocina y conozca el mundo que yo no vi. Pero, sepa algo, para mandar hay que saber servir primero. Sobre todo, siéntase tranquila de saber que la gente tiene hambre al menos tres veces al día. Entonces, ahí es cuando usted llega y agarra la sartén por el mango. Texto seleccionado como ganador en un concurso el Espectador

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